
Eso es lo que me pasa muchas veces cuando me hablan de BIM. Me parece todo tan fantástico como ininteligible, así que, si tú tampoco te has enterado de nada tienes que escuchar este capítulo porque hoy voy a hablar sobre BIM, pero sobre el BIM callejero, el BIM real, el BIM que te afecta directamente. Hoy voy a tirar de la manta.
Hola a todos y bienvenidos al episodio número diez de “Buscando el proyecto perfecto” un podcast basado en hechos reales.
Yo soy José Luis de la Rocha y algunas veces trabajo de arquitecto y otras de delineante, de director de proyectos o Ceo de mi empresa, pero siempre disfrutando de cada momento.
En este podcast os voy a contar mi experiencia sobre todo lo que no tenéis que hacer y también sobre algunas cosas que sí podéis hacer para mejorar el resultado de vuestros proyectos.
ÍNDICE.
- 01:31. Que es el BIM.
- 04:56. Cómo reducir desviaciones
- 07:29. Qué hace el BIM para minimizar estas desviaciones
- 08:08. Modelo de datos
- 09:32. Dimensiones BIM
- 11:09. Orientación al ciclo de vida
- 12:21. Trabajo colaborativo
- 12:34. Entorno común de datos
- 13:27. Estándar y normas de trabajo
- 13:57. BIM Manager
- 14:35. Factores que nos impiden pasarnos al BIM
- 15:39. Grados de madurez
- 17:26. Aumentar la madurez
- 17:54. Superar el CAD
- 18:50. Cultura de organización
- 23:27. Tengo que pasarme al BIM
- 24:36. Ventajas del BIM para un pequeño estudio de arquitectura e ingeniería
- 27:55. Cómo cambiar al BIM
- 29:43. Conclusión
QUE ES EL BIM.
Si trabajas en el sector AECO es muy probable que ya hayas oído hablar de BIM un montón de veces, tanto en charlas de los Colegios, en otros podcasts o por la web.
Por eso, en este capítulo, no quiero extenderme mucho en desarrollar en qué consiste el BIM y lo dejo para otros foros más especializados, pero sí quiero hablarte, y darte mi opinión, sobre cómo puede ayudar (o no), en el día a día, a un pequeño estudio de arquitectura e ingeniería.
Para esto tengo que ponerte en contexto de porqué tenemos que hablar de BIM.
El BIM, como bien sabes, es un acrónimo de Building Information Modeling que viene a significar Modelado de información de construcción y, según la BuildingSMART es:
“una metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de un proyecto de construcción.
Su objetivo es centralizar toda la información del proyecto en un modelo de información digital creado por todos sus agentes.”
Yo aquí no estoy de acuerdo con esta descripción.
El principal objetivo no debería ser centralizar la información del proyecto en un modelo. Eso sería el cómo lo hace.
El principal objetivo de la metodología BIM debe ser aplicar un sistema de trabajo para reducir las desviaciones de los objetivos del proyecto y que este efecto perdure durante todo el ciclo de vida del inmueble.
Es decir, si un cliente quiere construir un edificio para un uso, con unas calidades, un rendimiento energético determinado y se ha estimado que esto le va a costar 1M€ y que se va a ejecutar en 2 años, pues lo que tenemos que hacer es que cueste 1M€ y se termine en dos años y, además, que se cumplan los objetivos y requisitos que el cliente planteó al principio y no tenga después, por ejemplo, un sobrecoste de mantenimiento porque no lo hemos tenido en cuenta durante el diseño del proyecto.
Frente a la disciplina de project management, de la que hablé en el pasado episodio, cuya responsabilidad es también el cumplimiento de los objetivos del proyecto y en la que se aplican una serie de procesos directivos para controlar que no existan desviaciones, el BIM management pertenece a los grupos de procesos de desarrollo del producto. Es decir, no son incompatibles.
Existirá un project manager que velará por el cumplimiento de los objetivos generales con las herramientas de planificación y control que dispone, pero el project manager no desarrolla el producto. Son los técnicos y las constructoras las que hacen posible el edificio y para crearlo podemos usar los procesos tradicionales o el proceso BIM que facilitará el cumplimiento de esos objetivos porque genera más control sobre las desviaciones durante el diseño y construcción.
El problema de hacerlo con los sistemas tradicionales, en el contexto de un proyecto complejo, es que estamos expuestos a un montón de situaciones que nos hacen perder tiempo y dinero, y sobre todo el enfoque a largo plazo que requiere el cliente. Porque en el sistema tradicional, generalmente, se trabaja el desarrollo en pequeños grupos cerrados que se van pasando la pelota de unos a otros, y aunque tenemos figuras como la Dirección Facultativa o los Project Managers que pueden tener una visión más global del proyecto, no se disponen todas las herramientas para garantizar que se controlen todas estas desviaciones que se producen actualmente en los proyectos.
Como reducir las desviaciones
Y estas desviaciones, ¿cómo se pueden reducir?
Pues básicamente de tres formas:
- Minimizando los errores y fallos,
- reduciendo los cambios y
- optimizando la solución para cumplir los objetivos del proyecto.
Los errores se producen principalmente en la fase de construcción y mantenimiento de los inmuebles, pero muchos tienen su raíz en la fase de diseño. Esta fase es muy importante porque, aunque solo se corresponde con 5% del ciclo de vida de un inmueble (suponiendo una vida útil de 50 años), vincula, en muchos casos, los costes del 95% restante de ese ciclo, principalmente en la fase de uso.
Por lo tanto, aporta mucho valor actuar desde el principio para reducir los errores del futuro.
Y estos errores, en las primeras fases, pueden ser por indefinición u omisión de detalles del edificio (como falta de huecos de instalaciones, cabezadas de escaleras, encuentros sin desarrollar, equipamiento que no cabe donde se va a instalar, problemas de interconexión de estructura con instalaciones o entre las propias instalaciones, errores de mediciones, etc) que generan después incidencias y contradictorios en la fase de construcción.
Muchas veces estos errores generan cambios en los proyectos, porque la solución prevista no puede hacerse, y otras veces los cambios vienen generados por el cliente u otros agentes externos porque, o bien no hemos detectado correctamente sus requisitos, o el cliente no ha entendido la documentación que le dimos y una vez construido lo ha visto claro (porque el cliente no entiende de planos) o simplemente que se le ocurren cosas nuevas en mitad del proyecto. Y todo esto implica costes añadidos por retrabajos, contradictorios, por horas de técnicos en reuniones para resolver problemas.
Pero también se producen sobrecostes por elegir mal los materiales o el equipamiento, no estudiar bien los despieces de los materiales de construcción y eso generará muchos más residuos de los necesarios, o que el proyecto no esté energéticamente bien diseñado y construido y genere una demanda energética excesiva que el cliente no tenía previsto o que requieran mucho más mantenimiento de lo ideal, etc.
Por lo que vemos, no todo es culpa nuestra (de los técnicos). Pero, de cara al promotor, el proyecto se está desviando y le gustaría que estas desviaciones no se produjeran o fuesen mínimas.
Qué hace el BIM para minimizar estas desviaciones
Con la idea de resolver estas necesidades y gracias a la tecnología desarrollada en los últimos años, es posible la aparición del BIM.
De manera que presenta un sistema de trabajo para mejorar el control de desarrollo del proyecto aplicando tres conceptos que lo diferencia del sistema tradicional (y ahora sí tiene sentido lo que decía el BuildingSmart).
Estos tres conceptos son:
- Un modelo del edificio basado en objetos con datos asociados
- Orientación a todo el ciclo de vida del edificio.
- Un sistema de colaboración entre todos los agentes.
Modelo de datos
El primer punto es que el proceso se centra en el desarrollo de un modelo del edificio basado en objetos con datos asociados.
A diferencia del sistema tradicional, que estaba basado en trabajar sobre la representación del edificio mediante un sistema diédrico y estático, donde toda la definición recaía sobre distintas vistas y esquemas más o menos asociadas entre sí.
Con la metodología BIM, permite que se genere un modelo del edificio en el que los distintos elementos tengan asociados una serie de propiedades: como el tipo de objeto que representan (muro), la posición, el espesor, altura, longitud, calidades, fecha de cuando se ejecutará, fecha de cuando se ejecutó, que empresa lo hizo, que coste tiene el m2, transmitancia térmica, acústica, de incendios, emisiones de CO2, cada cuando hay que pintarlo, cuando se pintó la última vez y todos los parámetros que queramos.
Además, podemos relacionar propiedades de objetos a otras propiedades de objetos, por ejemplo: la situación de una puerta vinculada a un muro y en caso de que el muro se mueva la puerta se mueve con él, o asociar muros a forjados y si cambian de altura cambia todo el modelo, etc.
Dimensiones BIM
Todo esto genera una enorme base de datos dinámica que permite que los programas puedan representar el modelo de distintas formas en función del filtro de datos que pongamos. Por ejemplo:
- Podemos tener una vista que represente en 2D la planta del edificio y decirle al programa que sombree en rojo los muros que se van a demoler, de manera que, si al revisarlo decidimos demoler otro muro, cambiamos las propiedades de este, y esta vista se actualice automáticamente.
- Podemos tener una vista en 3D cortando por la mitad el edificio y ver una sección fugada para trabajar una solución de cabezada de una escalera que sería complicada verla en 2D.
- Podemos tener una valoración económica automática en el estado actualmente ya modelado. O, basándonos en las propiedades asociadas de los objetos, podemos hacer una representación gráfica de qué estará construido al mes del comienzo de la obra o de lo que se ha certificado este mes.
- Podemos, mientras estamos desarrollando el modelo conceptual, realizar un análisis térmico o acústico del edificio para ir tomando decisiones de proyecto.
- Podemos tener un modelo del estado final del edificio construido y que nos represente datos de sensores colocados en el edificio real, para analizar distintos parámetros o un listado de órdenes de mantenimiento asociadas a la situación real de los equipos en el edificio.
A esto se lo denominan dimensiones BIM y, a día de hoy, tenemos unas 10.
Con este modelo vamos a conseguir reducir de forma importante el nivel de desviaciones ya que vamos a tener a disposición, de todos los agentes que desarrollan el edificio, más información para tomar decisiones cuanto antes y realizar comprobaciones que facilitarán la reducción de errores y cambios en el futuro.
Orientación al ciclo de vida
El segundo concepto que nos va a diferenciar de con respecto al sistema tradicional es que este modelo de datos está orientado para desarrollarse durante todo el ciclo de vida del edificio.
De esta manera nos va a permitir que los cambios de fase y de agentes se produzcan de forma más eficiente. Es decir, respecto al método tradicional donde el desarrollo del proyecto se realizaba en grupos aislados entre sí hasta que pasaba a otro grupo y posteriormente se comprobaba que la documentación no estaba completa o no era suficiente, en este sistema tenemos un enfoque de desarrollo progresivo y no solo desarrollamos el modelo para resolver nuestra fase, sino que lo hacemos pensado para que les sirva a los posteriores agentes que van a intervenir en las siguientes fases.
Con esto conseguimos que no haya que hacer retrabajos de modelado para el cálculo energético y que se pueda partir directamente del modelo arquitectónico, o resolver una climatización viendo dónde están todas las vigas de descuelgue y a su vez, resolviendo los huecos previstos para instalaciones comprobando todos los elementos que atravesarán el forjado de todas las instalaciones.
Trabajo colaborativo
El tercer concepto para conseguir que esto funcione de forma coherente, es decir, que exista un único modelo de datos usado por distintos agentes durante todo el ciclo de vida del edificio, es necesario un sistema de colaboración entre todos los agentes que intervienen.
Entorno común de datos
Para esto es fundamental tener el modelo de datos centralizado, es decir, disponer todos los datos en un solo sitio. Es lo que se denomina (un Common Data Enviroment CDE o Entorno Común de Datos) de manera que cada agente puede consultar y aportar datos de un único modelo y tenerlo actualizado.
Esto permitirá que el modelo esté en continuo desarrollo y cada disciplina (arquitectura, estructura, electricidad, …) irá metiendo datos y otros agentes pueden ir leyendo esos datos (por ejemplo: para comprobar la situación de un pilar en obra, para ver cuando se certificó, etc).
Todo esto en un entorno digital y multiplataforma.
Es decir, ya no tiene sentido las versiones de planos. Con este sistema es más eficiente consultar directamente el modelo en un dispositivo en su estado actual. Por ejemplo, podemos ver la información directamente en obra incorporando la realidad aumentada.
Estándar y normas de trabajo
También es necesario desarrollar un sistema común de procesos para lo que es necesario desarrollar estándares de trabajo (ISOs, IFC, LODs, nomenclaturas, …) y documentos de organización específicos de cada proyecto como el BEP, EIR, etc.
Esto permitirá que exista una forma de trabajar y un lenguaje común tanto para intercambiar datos entre usuarios como entre software.
BIM Manager
Y, por último, para que todo esté organizado es necesario roles para el desarrollo del proceso y así garantizar la operatividad del mismo. Aquí aparece la figura del BIM Manager y sus secuaces.
En resumen. Si disponemos de un modelo de datos enfocado en el ciclo de vida del proyecto en el que los distintos agentes trabajen de forma coordinada generamos un sistema de trabajo que minimizará los errores y cambios y permitirá conseguir los objetivos del proyecto. Que era el sentido de aplicar este sistema al proceso edificatorio.
Factores que nos impiden pasarnos al BIM
¿Si todo este sistema es tan fantástico, por qué entonces no nos pasamos ya todos al BIM?
Pues lo que pasa es que hemos llegado a la fiesta y está sin terminar de montar.
Bueno, quizás no es exactamente así. La fiesta ha empezado y hay mucha gente que lleva trabajando en ello desde hace mucho tiempo: desarrollando software, diseñando todos los procesos y herramientas, probando y afinando los sistemas de trabajo y dando formación a los que vamos llegando. Y no quiero desmerecer el esfuerzo que están haciendo, sino todo lo contrario.
Pero la verdad es que todavía no está todo montado.
Es decir, que tu te metes en esto con toda la ilusión del mundo y dispuesto a hacer un gran esfuerzo de aprendizaje y desarrollo y resulta que los programas no se leen entre sí, que los programas de modelado no hacen todo lo que deberían hacer y que los de cálculo tampoco lo hacen, que en la mayoría de los casos estás solo en el camino y los agentes con los que colaboras te piden todavía trabajar en un sistema tradicional y tienes que tener un sistema mixto con partes en BIM y otras partes en sistema CAD, etc.
Grados de madurez
Y el problema es que cambiar la forma de trabajar de un sector es muy complicado y lento.
Hay que hacer un cambio drástico, principalmente de mentalidad, pero también de procesos de trabajo, de aprendizaje de herramientas, etc, y este cambio requiere una inversión importante, tanto en dinero como de tiempo.
Y aunque queramos correr mucho tenemos dos problemas:
- No todo funciona como es debido. Todavía las empresas de desarrollo de software están madurando junto al mercado desarrollando aplicaciones que, en muchos casos, están en modo de prueba y requieren todavía unos años para desarrollarlas completamente.
- Por otro, aunque nosotros estemos preparados para desarrollar proyectos a nivel máximo, el resto de los agentes con los que tenemos que desarrollar el proyecto: desde los estudios de arquitectura, calculistas, constructoras e incluso el propio cliente no está preparado.
En definitiva. Lo único que podemos hacer es trabajar parcialmente en BIM, porque salvando algunas empresas y en algunos proyectos es muy difícil hacer BIM al nivel que hemos planteado anteriormente.
A esto se le llama grados de madurez y hay como cuatro niveles: desde el 0 que es el sistema CAD hasta el nivel 3 que sería cuando se pueda hacer todo en BIM.
Y no es que ahora no se pueda trabajar en el nivel 3, habrá ciertos proyectos en los que trabajen determinadas empresas que puedan hacerlo, pero la madurez no solo se mide en lo que pueden hacer las algunas empresas concretas sino también en la situación del mercado. Porque una empresa puede tener un nivel 2 de madurez, pero trabajar en un mercado de nivel 1 y no podrá hacer muchas cosas para lo que está preparada.
Aumentar la madurez
Hay que ir paso a paso y el primero es pasar del nivel 0 al nivel 1, después a nivel 2, etc.
La mayoría de los estudios pequeños de arquitectura e ingeniería están en nivel 0 o 0,5 y para ir avanzando hay que hacer dos cosas fundamentales:
- Pasar de trabajar en CAD a trabajar con un modelo de datos. Esto no es solo cambiar el software de trabajo sino también los procesos internos en el estudio.
- Y, por otro lado, adaptar nuestros sistemas de trabajo a los estándares para facilitar la colaboración entre agentes.
Superar el CAD
Lo primero es muy complicado porque estamos acostumbrados a manejar los programas en modo “amateur”: no hemos recibido formación reglada, no hemos leído libros de los programas que manejamos, no nos hemos preocupado de aprender por nuestra cuenta a manejar estos programas a un nivel profesional (en muchos casos manejamos un 10-20% del programa que llevamos más de 10 años usando). Y es muy difícil soltar el programa de CAD y cambiarlo por uno de modelado paramétrico sin recibir una formación completa.
Y con respecto a lo segundo, a cambiar nuestro sistema de trabajo por otros estándares, es más difícil todavía. Porque estamos acostumbrados a hacer las cosas a nuestra forma. Quizás tenemos algunos sistemas para algunas cosas, pero la mayoría las hacemos improvisando. O me vas a decir que tienes procedimientos para la gestión documental o para los procesos fundamentales del proyecto (calcular estructuras, presentación de planos, etc).
Cultura de organización
Y esto nos pasa porque no tenemos cultura de organización. La mayor parte de nosotros no ha estado en empresas grandes. Primero porque no hay tantas y segundo porque de alguna forma la tendencia, por lo menos de los arquitectos y muchos ingenieros de proyectos, es a montar nuestro propio estudio. Por lo tanto, no hemos recibido esa cultura de organización, de trabajar en equipo, de trabajar bajo sistemas ni adoptar estándares de trabajo.
Hemos hecho justamente lo contrario: aprendiendo poco a poco, a prueba de fallos y errores y cada uno por nuestro lado, de manera que la mejor solución para organizar los documentos o trabajar de forma colaborativa es distinta en cada grupo y en muchos casos incompatible entre sí.
Pero no todo es culpa nuestra. Tampoco el entorno nos facilita la adaptación.
Por un lado, y esta es una opinión personal, puede ser por nuestra cultura latina, que a diferencia de la anglosajona nos gusta estar más sueltos y nos cuesta seguir procesos y estándares. De alguna forma, los hispanohablantes no somos ni tan ordenados ni tan gregarios como los ingleses, alemanes, americanos o asiáticos, que de alguna forma llevan implícita, desde pequeño, la pertenencia o trabajo para un bien común y esto facilita una implantación BIM a nivel nacional.
En cambio, nosotros queremos dejar nuestra marquita en cada país, en cada región, en cada pueblo, y así no se puede implementar estándares.
Por otro lado, además del aspecto cultural. El concepto de la metodología BIM tiene mucho sentido dentro de un sistema laboral que no tenemos en España y que sí comparte la mayoría del mundo.
En muchos países, el arquitecto, solo es responsable del diseño. La definición constructiva recae en las constructoras, que generalmente o tienen un equipo de desarrollo del proyecto o contratan a un equipo externo de ingeniería que desarrolla el proyecto en todas las áreas.
De manera que un estudio de arquitectura define una idea de proyecto que detalla otro equipo que es, además, el que lo va a construir. Por lo que está pendiente de definir el proyecto con los sistemas que va a implantar después, es decir, que no va a perder en tiempo en autoengañarse para generar contradictorios, sino que, una vez cerrado el precio, va a intentar mejorar el aprovechamiento de los materiales, reducción de retrabajos, cambios por indefinición, etc.
La ventaja del BIM en estas fases es indudable, pero la diferencia fundamental es que un pequeño estudio de arquitectura e ingeniería que tiene que definir hasta el último detalle para un proyecto de 1M€ de construcción, tiene un presupuesto muy ajustado y de él tiene que sacar el tiempo para el modelo BIM (y la parte proporcional de inversión para el aprendizaje). En cambio, la constructora tiene un presupuesto más holgado, por lo que no le supone tanto esfuerzo tener a un equipo modelando el edificio y la mejora que el BIM le aporta.
Es decir, que para el mismo proyecto que necesite un modelador que dedique 200 horas para definir el proyecto en todas sus disciplinas, la constructora cuenta con más presupuesto que el estudio, siendo en ambos casos las mismas horas.
Pero claro, en España, es el estudio el que asume el gasto y si a esto le sumamos la inversión del cambio, durante un tiempo importante, nos supone un gasto excesivo e incluso inasumible en horas de formación.
Además, en el mejor de los casos, el beneficiario de todas estas mejoras de aplicar el BIM será el promotor y lo único que puede aportar para el estudio es reducir las horas de dedicación para cambios y decisiones, pero el premio gordo de nuestro trabajo se lo llevan otros.
Sí, quizás nuestro trabajo de dirección en la obra se vea facilitado en número de horas y reducción de problemas al haber minimizado errores en la fase de diseño, pero hasta llegar a ser productivo a ese nivel hemos tenido que realizar una inversión en tiempo y dinero considerable que debemos recuperar a muy largo plazo. Y en un mercado tan competitivo como este seguro que no termina en un aumento de honorarios, sino que toda esa inversión es absorbida por el estudio y el beneficiario, como he dicho antes, será el cliente por ese ahorro de costes.
El problema se agrava cuando el cliente ni siquiera te está pidiendo BIM (porque ni sabe lo que es ni conoce los beneficios que puede obtener) y nosotros forzamos la máquina para trabajar en un sistema solo porque está de moda.
Por lo tanto, hay que tener cuidado con hacer BIM por hacer BIM. Es decir, hacer un proyecto con BIM no es el objetivo.
Si con los sistemas tradicionales cumplimos los objetivos del cliente no es necesario que cambiemos los procesos.
¿Tengo que pasarme al BIM?
Bueno, ¿entonces no nos pasamos al BIM, no?
Pues te vas a sorprender con lo que te voy a decir, pero seguramente ya trabajes en un entorno BIM, aunque sea sin saberlo.
Si calculas estructuras o instalaciones lo estás haciendo con un modelador de objetos paramétrico, por lo tanto, es una de las patas del BIM, pero realmente no tienes el enfoque completo.
En cierto modo, queramos o no, el BIM se está implantando poco a poco y tarde o temprano nos vendrá un cliente que haya entendido las ventajas del BIM y nos pida que le demos ese servicio.
Además, en las administraciones públicas están implementando la obligatoriedad de presentar en los concursos la documentación desarrollada en BIM (aunque muchas todavía no saben por qué ni para qué lo van a usar) y esto obliga a que nos tengamos que acercar a desarrollar partes en BIM, aunque sea por la puerta de atrás. Por ejemplo, presentar un modelo al final del encargo, aunque no se haya usado para trabajar con él.
Pero yo, que soy un pequeño estudio de arquitectura e ingeniería, que no me presento a concursos y mis clientes no me demandan BIM, porque no lo necesitan y llevo toda la vida trabajando en CAD ¿Es necesario que me pase al BIM?
Pues como ya habrás visto, a medio plazo no te queda otra.
Ventajas del BIM para un pequeño estudio de arquitectura e ingeniería
Pero vamos a verlo desde un punto de vista más egoísta y vamos a buscar las ventajas del BIM directas para nosotros, que requiera poca inversión y que nos permita introducir mejoras valorables frente a los clientes y sacar así alguna ventaja competitiva.
Y hay tres cosas que te van a aportar muchas ventajas y que son relativamente fácil de implementar:
- La primera es modelar en 3D.
- La segunda es calcular sobre el modelo de datos.
- La última es preparar los documentos sobre el modelo de datos.
Para la primera, modelar en 3d, podemos tomar dos caminos:
- O trabajas con un programa CAD para representar objetos en 3D.
- O te pasa a un modelador de objetos paramétricos.
En ambos casos te va a aportar muchas ventajas, por ejemplo:
- Vas a definir mejor el proyecto, por lo tanto, tomar mejores decisiones y adelantarte a problemas futuros.
- Y, además, nos va a permitir que el cliente entienda mejor el proyecto al poder enseñarle vistas del modelo 3d que va a entender mejor que los planos.
Pero si seguimos manejando un sistema CAD seguimos teniendo los inconvenientes de la gestión de cambios. Por lo que pasarnos a modelar en BIM nos va a aportar muchas ventajas más:
- El modelado por objetos te permitirá con solo modelar las plantas, obtener alzados y secciones prácticamente automáticas. Y todas las que quieras.
- Podrás actualizar fácilmente los cambios del modelo sin necesidad de tener que volver a modelarlo todo de nuevo con cada cambio.
La segunda ventaja será calcular sobre el modelo.
- Podrás exportar el modelo a los programas de cálculo de estructuras e instalaciones.
- Podrás medir automáticamente la obra en su estado actual y obtener presupuestos actualizados con los cambios.
La tercera ventaja será el generar la documentación.
- Podrás montar planos con la representación que necesites del modelo y actualizarlos automáticamente cuando haya cambios.
- Obtener, de los distintos modelos, documentación para aportar a la memoria.
Si estas cosas no te aportan nada a tu día a día (por el tipo de proyecto que haces, el tipo de cliente, etc) es mejor que no cambies y mantengas tu sistema de trabajo actual. Pero si crees que esto mejorará el resultado de tus proyectos ponte las pilas y comienza a formarte para no quedarte atrás.
Cómo cambiar al BIM
Para aprender a manejar un programa de modelado por objetos no es necesario que cambies todo tu sistema de trabajo, ni que tengas que implantar un sistema colaborativo ni hacer un curso para convertirte en un BIM manager.
Porque lo principal es no obsesionarse con cambiarlo todo a la vez. Habrá que hacer pequeños cambios y adaptaciones para ir asimilando a lo largo de unos años el cambio.
El paso ideal sería contratar a una consultora que te haga la transición de forma guiada. Esto te va a implicar un coste importante, pero más velocidad y seguridad de implementación porque te va a ir incorporando y adaptando la metodología a tus capacidades y necesidades del estudio.
Si la inversión necesaria no puedes realizarla tendrás que ir por otros métodos.
Un camino podría ser contratar personas que ya estén formadas en el sistema BIM y que sean ellas las que comiencen el desarrollo de algún proyecto y vayan configurando poco a poco los procesos, herramientas y sistemas al estudio. El resto del equipo debe ir formándose y adaptándose a estos cambios.
Este sistema es más lento, pero más económico.
El último camino es más lento, es que seas tú el que lidere el cambio por lo que tendrás que ser el que te formes, desarrolles los procesos, impliques al equipo, etc.
Si vas a andar este camino tienes que plantearte una estrategia de cambio a largo plazo (5-10 años), pero te costará poco dinero y el coste de inversión quedará amortizado a lo largo de tantos años y puede que sea la única forma viable.
CONCLUSIÓN
Bueno, antes de despedirme, me gustaría hacer un resumen de lo que hemos visto y dejar algunas ideas claras.
Todos los proyectos tienen errores, cambios y desviaciones de objetivos que el cliente quiere controlar y, en la actualidad con la metodología BIM podemos incorporar un sistema para controlar mejor estas desviaciones frente a los sistemas más tradicionales.
Este sistema consiste en que todos los agentes van a trabajar, durante todo el ciclo de vida del edificio, sobre en un único modelo centralizado de datos que se va desarrollando y actualizando entre todos. Esto requiere sistemas de organización que tenemos que adaptar e implantar para que sea eficiente
El mercado, poco a poco, va implementando y a medida que la tecnología, las herramientas y los estándares lo vayan permitiendo se va a ir extendiendo como la forma de trabajar en el mundo.
Nosotros podemos decidir ignorarlo y mantener un sistema de trabajo tradicional (que puede incluso convertirse en un valor en el futuro, como los discos de vinilo), podemos dejarnos llevar e ir adaptándonos poco a poco o dar el salto y posicionarnos en el mercado aportando una propuesta de valor a los clientes que nos permita diferenciarnos de la competencia.
Pero todo esto teniendo claro qué nos aporta a nosotros y no cayendo en la trampa de hacer BIM porque está de moda y sin entender ni conocer cómo nos afecta y que nos lleve a ser nosotros menos rentables.
Y si no te va a servir para ganar más dinero, ni le vas a ofrecer al cliente un mejor servicio quédate dónde estás y sigue trabajando como siempre.
Todo esto siempre y cuando no te adelanten por la izquierda y toda tu competencia acelere el cambio y te quedes obsoleto y los clientes no quieran trabajar contigo.
DESPEDIDA
Para despedirme espero haberte ayudado a entender algo mejor el BIM y aclararte alguna duda respecto a si tienes que cambiar o no.
Si quieres, puedes contarme cómo lo estás haciendo enviándome un correo a podcast@arquitecturaeficiente.es
Por último, recordarte que complementario a este podcast tengo el blog www.arquitecturaeficiente.es y el canal de youtube (https://www.youtube.com/channel/UCWfNJaJrdqdYYEKf8D7iGhw) en dónde están publicados artículos y cursos que os pueden ayudar.
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Además, puedes recomendar este podcast a otros compañeros que también lo necesiten.
Y sin más me despido y nos vemos en el próximo programa.