Lo siento mucho, pero el mundo está en constante evolución y el que se queda parado se queda atrás.
En este sentido nos hemos esforzado mucho en aprender cosas nuevas, en ponerlas en prácticas, en hacer que sean nuestra forma de hacer las cosas, pero todo ese esfuerzo no vale la pena si quedan obsoletas.
Tu teléfono está obsoleto al año de comprarlo, tu programa de dibujo evoluciona con una nueva versión, la normativa se modifica, etc.
Por otro lado está el nuevo paradigma digital, la fuerte competencia y el modelo de sociedad globalizada hace que todo está modificando la forma de hacer todas las cosas y además cada vez más rápido. Ahora lo constante es el cambio.

Ahora lo constante es el cambio.
Por ejemplo. Dos cambios fundamentales que está sufriendo nuestro sector es hacia la forma de gestión del modelo arquitectónico como un modelo de datos (BIM) y hacia un producto sostenible y eficientemente energético.
Todo lo aprendido en la Escuela, todas las normas, toda la experiencia constructiva se van a quedar obsoletas si no vas actualizando tu conocimiento sobre estos sistemas que, dentro de unos años, será la forma normal de construir.

Pero no solo afecta a la actualización de conocimientos, si no también a la parte de la actitud ante las cosas, de la forma que hacemos todo en la vida. ¿Son mis hábitos los mejores? ¿hay alguna forma de hacer mejor las cosas? Hay que estar en actualización constante para no quedar atrás.
La actitud frente a esto es aceptarlo, en primer lugar, porque es tu entorno el que cambia, pero luego tienes que actuar, y tienes que actuar con un enfoque de análisis constante, de búsqueda de las mejores opciones.
Los japoneses lo llaman kaizen. La traducción sería mejora continua o el cambio a mejor.
El cambio no tiene porqué ser bueno a priori, pero tampoco tiene que ser malo. Si los cambios te pueden aportar mejoras tienes que intentar hacerlo. Si no lo pruebas, ¿cómo vas a saber si es mejor?
Esta es una parte muy dura, porque tienes que desaprender lo aprendido y claro, tu primer enfoque es resistirte al cambio. Pero tienes que pensar que no hay que actualizarse de golpe, tendrás que ir haciendo pequeñas cosas, todos los días, para que al cabo de un tiempo se vean los efectos.
Una vez te acostumbras a cambiar ya es un proceso que te va costando menos. Una vez que lo conviertes en un hábito no te cuesta tanto y vas aceptando los pequeños cambios que tienes que ir haciendo para mantenerte al día.
Para conseguir esto te recomiendo:
- Busca un momento para pensar si lo que has hecho durante podrías haberlo hecho mejor.
- Lee libros, blogs o escucha podcast sobre los temas que te gustan para estar al tanto de las últimas novedades.
- Ponte metas semanales de cosas que quieres hacer.
Te recomiendo lecturas:
- 21 lecciones para el siglo XXI de Yuval Noah Harari https://amzn.to/35P9Dcp
O blogs como:
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